Hemen zaude

#M4Fborrokan: «Los últimos monos»

Yo era un chico normal, de esos con sueños humildes, y que un buen día encontró trabajo “de lo suyo”. Las condiciones, que queréis que os diga, no me parecían malas. Tras haber trabajado en varias empresas sin contrato y con remuneraciones que iban desde los 200 hasta los 480 euros mensuales, el simple hecho de tener contrato y llegar a los 1.000 euros mensuales me parecía un avance significativo.

Pero nada más lejos de la realidad. Sin apenas darme cuenta me había metido en elsubmundo de las subcontratas. Ese bajo mundo en el que no tienes jefes pero a la vez tienes 5 ó 6. Recibes órdenes por todos los lados, y tienes que acatar todas. Porque realmente no sabes quién te paga ni quién “corta el bacalao”, así que por si acaso tienes que acatar todas las órdenes. Vengan de donde vengan.

Además, la queja no es que esté prohibida, es que es totalmente ineficaz. Si te quejas a uno, te deriva al otro mando; si reclamas algo a uno, ese le pasa el encargo a otro… Así puedes dar mil vueltas por infinidad de jefaturas sin que nadie te dé una respuesta. La pelota nunca tiene tejado. Realmente un mundo cruel y agónico. Cansa y desespera, agota mentalmente y te lleva a la más absoluta desafección por tu trabajo. Anulado. KO. Te conviertes en una máquina que hace su trabajo y punto.

Pero, oh, hay luz. Tenemos soluciones. Cuan salvador de almas inertes, llega el personaje más diabólico de toda esta historia. Juan Diego, “El Capitán”, insufla aire fresco a la tropa. Es un tío listo, brillante, talentoso y exitoso. El típico hombre con un aura especial, además de un moreno de rico y una estruendosa sonrisa. Desde su puesto en la dirección de EITB crea una empresa participada por la propia EITB, se marcha del ente público y… Eureka! Se había subcontratado sus propios servicios. Jugada maestra. Un fuera de serie.

Bien, este ser superior (por cierto, imputado por un supuesto delito de malversación de caudales públicos) llega con ideas frescas, proyectos imaginativos… Su “New Style”impregna la nueva sede de M4F: toboganes, sombreros de colores, risas, colegueo, taller de manualidades, café del bueno para todos, cervezas y cava en el frigorífico

Algunos empezábamos a sospechar. Mientras la dirección alardeaba de todo este “buen rollo” algunos problemas seguían sin solucionarse. Despidos, cambios de horarios, calendarios laborales volátiles a más no poder, trabajo en horas nocturnas y festivos sin ningún tipo de regulación, cargas de trabajo desproporcionadas… Nada era susceptible de mejora. La precariedad envuelta y tapada por un manto de sonrisas falsas y vacías de la dirección.

Se creó entonces el Comité de Empresa. Era ya el año 2011. Algunos compañeros crearon en la clandestinidad una candidatura para formar el Comité. Era el momento. El apoyo al grupo de trabajadores fue casi unánime por parte de los trabajadores. Eran tiempos de quitarse la careta.

Fue la dirección quien se la quitó primero. Se acabaron las sonrisas. Se acabó el buen rollo. La dirección, aliada con los jefes de EITBNET se atrincheró. Todas las reivindicaciones de los trabajadores eran rechazadas, demoradas, desestimadas…hasta que los inspectores nos daban la razón. A regañadientes nos dieron algunas migajas que nos correspondían. Pero sistemáticamente nos daban la espalda. Los defensores del “buen rollo” se despojaban de todos sus disfraces y dejaban al descubierto su verdadera imagen, la de gestores de un ejército de esclavos(permitidme que sea exagerado en el término, pero es que el hastío es ya muy grande).

barco

el talentoso Juan Diego, hombre exitoso donde los haya, nos dejó. Con su moreno perenne y su histriónica sonrisa decidió ponerse el gorro de piscina y las gafas de bucear, y saltó del barco. De ese barco que fue presentado como un auténtico buque y que en realidad era un pequeño txintxorrito que hacía agua por todas partes. El relevo lo tomó Itziar Ijalba. Menos morena y menos talentosa que su predecesor, pero igual de falsa. Su nefasta gestión no merece ni un minuto de lectura por parte de los lectores, así que siendo tan evidente, omitiré su relato.

detrás de todo esto, de este sainete de dudosa gracia y argumento menor, estaba, está y estará EITB. Realmente es el ente público el que hace y deshace (últimamente más de esto último), manda, ordena, decide, cambia, menea, pone y quita sillas, mea o caga encima, mueve y definitivamente… DESPIDE.

Porque al final de todo, la realidad es que hay un ERE encima de la mesa. 27 trabajadores a la calle, 4 al precipicio, y el resto vete a saber a dónde. EITB decide y M4F ejecuta a los que alguien en esa empresa un día llamó “los últimos monos”. Disparos, alguno al aire, y muchas víctimas. El verdugo de M4F mira al palco. La sheriff del condado, Maite Iturbe, levanta el pulgar. Está satisfecha. La satisfacción del trabajo bien hecho.

Pero la sheriff no se ha dado cuenta. No están muertos, heridos sí, pero vivos aún. Y hay dignidad, hay rabia, hay ganas de justicia, hay unión, hay solidaridad, amor, odio… Realmente, están más vivos que nunca. Los “últimos monos” más vivos que nunca. Así que nadie espere una rendición. Saben quién les ha disparado. Y van a luchar por recuperar su vida, su dignidad, su trabajo. Es la lucha de M4F.

http://merendados.wordpress.com/2013/06/19/los-ultimos-monos/

Etiketa: