El recorte presupuestario y la eliminación del Contrato Programa dibujan un escenario muy negro en cotas mínimas de audiencia w Trabajadores meditan iniciar protestas por la mala gestión del ente

EITB va a afrontar un 2012 muy duro: la reducción de presupuestos -un 8,4% menos que en 2011-, la supresión del Contrato Programa y la continua caída de audiencias de ETB son los principales problemas que asolan al ente público vasco de comunicación. A estas tres circunstancias se añaden las voces que opinan que las televisiones públicas deben ser privatizadas o que deben emitir sin publicidad. Es un escenario muy negro, sobre todo en tiempos de crisis, que no solo afecta a los trabajadores del ente público, sino que va a resultar muy gravoso también para las empresas del sector audiovisual vasco que han visto en estos dos años y medio como su trabajo menguaba considerablemente. Algunas están al borde de la quiebra.

El funcionamiento de los canales públicos vascos en 2011 ha estado marcado por la misma tónica que el año y medio anterior, una despreocupación e indiferencia absoluta por parte del Gobierno de López hacia los resultados. Y, sobre todo, una dejación total a la hora de apuntalar su futuro y el del sector audiovisual vasco, un tejido industrial que Lakua no ha tenido en cuenta desde la llegada del PSE a Ajuria Enea.

Una de las decisiones más importantes que ha tomado el Ejecutivo de Gasteiz es la supresión del Contrato Programa, un instrumento de trabajo plurianual cuya renovación habría sentado las bases del desarrollo y la gestión del ente durante los próximos cuatro años, el periodo 2012-2016.

Blanca Urgell, titular del departamento de Cultura, quien en su día calificó de enfermo crónico al ente, está ahora dispuesta a dejar morir lentamente a las televisiones vascas al no dotarlas de herramientas eficaces que las saquen del letargo al que se han visto sometidas desde la llegada a la dirección de las mismas de Miguel Ángel Idígoras y su asesor Julián Pavón. La consejera ha sido la principal defensora de la supresión del Contrato Programa.

Las contradicciones del departamento respecto a EITB han sido numerosas a lo largo de esta legislatura, pero quizá esta sea la más grave ya que Urgell encargó dos informes y ambos aconsejaban la gestión del ente a través de un instrumento plurianual. La consejera, saltándose todas las recomendaciones y sin argumentos sólidos que la respaldaran, decidió eliminar la figura anunciando por sorpresa su supresión en una comisión de control de EITB. El PNV, EB, Aralar, EA, el comité de empresa y asociaciones del sector audiovisual mostraron su posición contraria, pero los votos de PSE, PP y UPyD dieron el sí a Urgell.

Los trabajadores de EITB ven con preocupación la deriva que está tomando el ente. Cuando hablan reflejan la tensión que genera estar dentro del ojo del huracán durante más de dos años y medio: "Somos profesionales y nos duelen muchas críticas que leemos. También somos conscientes de que las cosas no están bien, pero no se nos puede achacar la culpa a nosotros. Hay una dirección que ha tomado decisiones, quizá sea el Gobierno vasco, pero no somos responsables de los resultados", señalan fuentes de los trabajadores.

DESPIDOS Y PROTESTAS Los momentos de mayor tensión entre los trabajadores se vivieron a principios de septiembre al hacerse público un informe encargado por Blanca Urgell a la empresa madrileña Tableronde. A pesar de las matizaciones posteriores por parte de la consejera de Cultura, el estudio dejaba bien claro su consejo: prescindir de 150 trabajadores. Ofrecía dos posibilidades reducir directamente la plantilla o avanzar por un camino de menor impacto social por una parte -prejubilaciones- y de menor coste económico por otra -eliminación de trabajadores eventuales-. La dirección de EITB ha anunciado en varias ocasiones su disposición a reducir el personal, aunque asegura que no habrá despedidos y que estudia la fórmula de prejubilaciones. Una fórmula que a priori se presenta casi imposible por su coste.

Los representantes de los trabajadores del grupo de empresas de EITB han convocado diversas movilizaciones en las que han denunciado a la dirección "de no tomar decisiones y poner en peligro los puestos de trabajo en el ente".

Desde dentro la situación actual de los grupos públicos de comunicación se vive con mucha preocupación y no todos los profesionales son partidarios de plantar cara a los actuales gestores en estos momentos. "La mayoría estamos en contra de lo que se ha hecho en EITB; sobre todo, en la televisión. Pero creemos que ha que ser prudentes, más con los tiempos que corren", han señalado a DEIA fuentes de EITB. Otro sector cree que es el momento de protestar. "Les hemos dado muchas oportunidades, llevamos dos años y medio aguantando y es el momento de decir lo que pensamos", señalan.

En este escenario y con las amenazas por parte del PP de permitir la entrada de capital privado en las televisiones del grupo Forta, la situación de EITB es delicada. Los ingresos publicitarios están cayendo por debajo de las previsiones y los presupuestos aprobados, 122 millones de euros, dan para cubrir gastos y poco más.

"Se han cargado el Contrato Programa argumentando que estamos en crisis. Como instrumento sirve para muchas cosas más que para tener atados unos presupuestos. Sirve para marcar las líneas de actuación del ente en toda su programación. Sin el Contrato Programa el control va a ser mucho peor", señalan fuentes del sector audiovisual.

LOS PEORES RESULTADOS Los analistas audiovisuales apuntan que no corren buenos tiempos para la televisión en general y para ETB en particular. Si el año pasado ETB-2 liquidaba los resultados de audiencia con un 9,4%, este año con once meses cerrados está en el 8,1% y la diferencia cuando finalice diciembre en el escenario más óptimo puede ser de un 8,3%.

Los números son fríos, heladores, marcan descensos acusados si se hacen comparativas. Los canales de Euskal Telebista tienen desde el segundo semestre de 2009 los indicadores en negativo. Es justo reconocer que en noviembre de este año los resultados fueron ligeramente más positivos y han dado un respiro a los gestores del equipo de Alberto Surio, pero con un análisis benévolo en la mano solo se puede hablar de estabilización a la baja.

A la situación económica y a los bajos presupuestos se unen los rumores de una escasa o nula sintonía dentro del equipo de dirección del ente. Estos rumores se centran, sobre todo, en las relaciones entre Alberto Surio, director general, y Miguel Ángel Idígoras, director de ETB. Surio ha rechazado siempre de plano que estos rumores sean reales. Pero lo cierto es que Idígoras cada vez está menos presente en actos públicos de EITB; son escasas, más bien nulas, las ruedas de prensa a las que asiste, y ha tenido que asumir la presencia de Pello Sarasola como director de contenidos de ETB y la salida como asesor suyo de Julián Pavón.

Son muchas voces las que dicen que el futuro de Miguel Ángel Idígoras no pasa por terminar la legislatura como director de ETB, que pasa por los nuevos cambios que se realicen en RTVE con el nuevo gobierno de Mariano Rajoy.

"No vive buenos momentos, cada vez tiene menos funciones y no está a gusto, pero no quiere volver a TVE como redactor en Madrid. Aspira a más, quiere que se le paguen los favores cumplidos y él es claramente una de las cuotas del PP en EITB. Es de los que espera un cargo y por eso continúa aquí todavía", señalan fuentes de ETB.

EITB tiene muchas cuentas pendientes que saldar la próxima temporada y se le presenta una gestión muy difícil con la reducción presupuestaria a la que le ha sometido la consejería de Blanca Urgell. Se espera que en enero ETB presente una nueva programación o, por lo menos, un sumario de intenciones encaminado a rectificar algunos errores. Pero, en todo caso, la parrilla de entretenimiento será un menú de tiempos de guerra porque la partida económica de la que dispone el ente no da para muchas alegrías.

http://www.deia.com/2011/12/11/politica/euskadi/eitb-un-camino-lleno-de-piedras-para-2012